sábado, 7 de agosto de 2010

soledad

Escribir es lo único que puede rozar el desahogo en estos momentos, escribir mis hazañas y fracasos es la única acción del día que descubre poquito a poco quién soy. Podría escribir los tablones más tristes esta noche pero malgastaría parte de mis fuerzas, pues escribir para desahogar el ser, es signo de debilidad. Tal vez sea más débil de lo que creí, tampoco me importa mucho averiguarlo. Y, sin pensar apenas lo que siento ya llevo escritos mil y un versos; ha sido un día tan frío, casi he sentido los rayos eléctricos que contienen las nubes, esos rayos que para la gente no son molestía alguna, pues su cuerpo es capaz de sostener el peso y la fuerza necesarios. La tarde ha transcurrido tan lentamente que mi subconsciente no ha podido evitar meditar durante un tiempo, han llegado a mí tantas ganas de huír, que ni mi cuerpo obedecía mis deseos con lo cual, he sido obligada a permanecer frente a esta pantalla. Los componentes de mi cuerpo immóbiles, sólo me han otorgado energia para pasar uno a uno los nombres de mi guía de teléfonos, viendo así como iba dejando a un lado a la gente que no me podría ayudar. Finalmente, quedaron dos o, tal vez eran tres, pero no pude acudir a ninguno de mis confidentes más queridos, ya tienen su vida. Jamás pensé que habitaría en este mundo sola, pero al fin y al cabo todos vivimos solos aunque queramos depender de seres queridos, vivimos aprendiendo a sobrevolar los problemas hasta morir. Tal vez el único consuelo sea para mí que ya pasaron unas horas desde que oí crujir mi corazón, desde que sentí las pequeñas heridas vendadas al llamar uno a uno a "mi gente" y colgar por miedo a molestar antes del primer toque. Ya han pasado 13 minutos desde que inicié este tablón con un borroso futuro pues, es posible que por las preguntas de la gente o subidón de autoestima lo termine por borrar. Si almenos pudiera tirar mi tiempo libre frente a los estudios todo sería diferente, eso siempre me ayudó a alejarme del mundo; pero esta vez es diferente, es la sensación del invierno, del tiempo congelado, de lo contrario al calor y la paz que se respira en verano. Como quisiera que fuera verano, pero no un verano cualquiera, un verano de aquellos de la infancia, quisiera seguir siendo una niña, aquella niña que no conocía el lado oscuro de las personas; al fin y al cabo, es fácil soñar, por eso los sueños, sueños son. Y aunque yo sea consciente de que mi felicidad es mayor a la línia tradicional, siempre querré más, es inevitable; ni siquiera sé bien lo que quiero, ni siquiera sé bien si puedo tener todo lo que deseo, no sé nada. A veces siento que soy un punto negro en medio del mundo immenso, que grito y nadie me puede escuchar, que escriba lo que escriba nadie lo podrá leer, que diga lo que diga nadie lo podrá entender. Tal vez simplemente, una noche como esta me haga sacar lo peor de mi día a día pero lo cierto es que empiezo a valorar los trozos de corazón que quedaron intactos tras cada obstáculo, empiezo a mostrar mis sonrisas dejando a un lado cada pena. Hace tiempo que empezó el principio de algo bueno, y aunque es imposible no mirar los aspectos malos de esta vida, con escribirlos basta, no hay necesidad de que llegue a más, a veces es mejor dejarlo estar.

1 comentario:

  1. Hay cosas que es mejor no decir, que es mejor escribirlas y desahogarte.
    (te seguimos) :)

    ResponderEliminar